Las redes sociales han transformado la moda, creando comunidades en torno a marcas como Shein. Estas plataformas permiten a los consumidores compartir estilos, experiencias y consejos, fomentando una conexión auténtica y participativa. Sin embargo, también surgen debates sobre sostenibilidad y ética en la moda rápida, lo que redefine el futuro de esta industria.